Propiedades alucinógenas de la cáscara de la banana

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Informe Secreto del Depto. de Infectología del Hospital Alejandro A. Posadas.
Referencia: CS/7/29
Merece una crítica preliminar el comenzar una ponencia con pretendido rigor científico si ya desde el encabezado tal propósito se diluye para abrirle paso a la retórica. En otras ciencias, claro, no exactas, pero en otras ciencias, el valor de un buen trabajo en gran medida se sustenta en una dadivosa redacción, donde las oraciones largas, de tres, cuatro y hasta cinco, quizás seis renglones se construyen con cautela y acertada puntuación, procurando incoporar precisiones y opiniones personales en armónico equilibrio consiguiendo de este modo cumplir los cánones sin resignar propias reflexiones que las más de las veces enriquecen los textos y realzan lo que se pretende transmitir. Me opongo a este comienzo nebuloso y poco ortodoxo que ha tenido que atravesar el lector, ávido hombre de altas lides, que dedica algunos minutos al día al venerable acto de lectura instructiva, siendo siempre más placentero, si sólo se dispone de un breve receso y las energías no abundan, recurrir a una novela, pasquín, cuento u otro tipo de relato corto abstraido de la realidad en que estamos inmersos, pero La Causa bien lo vale, no cabe duda acerca de ésto. Existe consenso, y es razonable que lo haya, respecto de la desnudez -término peyorativo que emplea la literatura en prosa para referirse a trabajos del estilo por la ausencia que en ellos se advierte de calificativos y, en definitiva, de toda elegancia o refinada producción- que debe caracterizar cualquier informe secreto, trátese el tema que sea, en toda época y lugar. Quisiera seguir estas directrices sin ignorar el error en que se ha incurrido al intitular el trabajo que a vuestra consideración ofrezco.
Permítame anticiparle que efectivamente abordaremos el ríspido e inquietante mundo del banano, fruta originaria de las regiones tropicales de Sudámerica cuya filiación viene siendo disputada principalmente por dos rpúblicas: por un lado la Federativa de Brasil y por otro la Patriótica Ecuatoriana; la primera jura y perjura la legítima adaptación del plátano verde nepalés al húmedo suelo de la centriplanicie del estado de Curitiba, al tiempo que la última promete demostrar que dicha porción de territorio, hoy indiscutidamente brasilera, perteneció en tiempos remotos y primitivos a la llamada Franja del Ecuador, la cual se extendía desde la costa oeste, sobre el Océano Pacífico en las coordenadas de la Península de Tibursi hasta la extrema orilla atlántica del caudaloso afluente del Río Amazonas, el Ídem Boas Vindas. No podemos soslayar lo apuntado más arriba, esto es, la apropiación de un fruto asiático ignoto y pretender su titularidad dominial por el insignificante hecho de trabajr las tierras para hacerlo echar prontas raíces y propagarlo como una peste química dentro de los límites terriotriales, corriendo el riesgo de perder manejo del cultivo, acabando por violar fronteras de terceros estados. En definitiva, lo que es preciso saber podrá ir incorporándose conforme el análisis acotado del tema -tal la intención subyacente- vaya forzando a V.E a ahondar en aspectos particulares y más minuciosos de la cuestión traída a vuestra consideración y el lector se vea forzado a complementar estas hojas con referencia bibliográfíca específica, la cual, créame, abunda. Por último y antes de continuar con el desarrollo del tópico, quisiera hacerle notar a Usted, si aun no lo ha hecho y me permite la intromisión, sobre la intransigente postura de este grupo de investigación ante los avances conspicuos de las nuevas, y no siempre buenas tecnologías. Nuestro trabajo manuscrito con sus tachaduras y enmiendas es reflejo de ello.
En fin, dejémonos de rodeos y tratemos de una vez por todas de ceñirnos al tema que nos convoca y es la motivación que probablemente os haya arrastrado a través de estos últimos párrafos, a pesar de haberse visto tentado de claudicar; la recompensa, verá, es significativa. Permítame una última interrupción, pues he releído mis palabras introductorias y me percato de que mi fervoroso temperamento me ha volteado del camino ascético por el que todo hombre de ciencia debiera de caminar, desviándome de l propósito primigenio, el cual era, ni más ni menos, que el aclarar las aguas, echar luz y ahondar en esta peculiaridad de la naturaleza en la mayor de las reservas.
Para comenzar a exponer las conclusiones extraídas de la experimentación de campo, resta destacar un relevante rasgo de este trabajo, el cual, si bien exhaustivo, ha tomado por objeto de estudio no el fruto en su totalidad, sino los filamentos que se desprenden de la cáscara y quedan adheridos al fruto por dos razones: resultaría inabarcable muy a pesar de nuestra pasional dedicación y a esto se agrega la procura de no vernos forzados a destacar la gran verdad potásica del tropical especímen. Nuestras observaciones se refieren a éstos, aun cuando no sea aclarado de aquí en más y aunque el lector pueda verse entreverado por carecer de estas notas aclaratorias.
Nuestro equipo de trabajo, huelga decirlo con orgullo, ha constatado irrefutablemente las propiedades psicotrópicas que emanan de su disección y posterior combustión envuelta en papel de arroz, o papel para armar: los altos niveles de vasoldilatadores encefálicoglobulares que estimulan la córnea provocan alucinaciones y repercuten en los tímpanos, desencadenando una vez allí una reacción química que distorsiona los estímulos auditivos del medio trasnformándolos en profanos ululares, elevando concurrentemente la temperatura corporal por encima de los 39º celsius, lo cual conduce a la deshidratación tónica y paradójicamente tiene un efecto multiplicador en la subdermis del abdomen a partir de lo cual la contracción de los músculos faciales es imbatible. Todo esto en el lapso de 26 segundos desde la primera pitada.
Es todo cuanto por el momento puedo a Usted informar. Con la esperanza de haberle ayudado a formar su opinión sobre el tema,
Le saluda muy atentamente
Sir Hiram Bingham

Barcelona hackeó La Nación?

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El dirigente político Jorge Pereyra de Olazábal fue imputado del delito de hurto. El caso ocurrió ayer en una librería de Recoleta, según informaron fuentes policiales. La denuncia fue presentada en la comisaría 19a. por el encargado de la librería Cúspide, situada en el Village Recoleta.

El ex presidente de la Ucedé sostuvo a LA NACION que todo se trató de "una trampa dirigida a degradar a la oposición".

Pereyra de Olazábal explicó que había comprado el libro De la felicidad también se vive, cuando se puso a hojear una edición sobre coaching en la librería Cúspide. Dijo que había dejado una bolsa en una mesa, junto con un taza de café y que, cuando se retiraba, a las 13.30, comenzó a sonar la alarma.

"El encargado era un hombre con barba y anteojos, típico militante K, que seguramente fue Montonero. Y me dijo: «¡Por fin agarré a alguien como vos»". Se dio cuenta de que era una cara de la derecha", afirmó el dirigente.

Según Pereyra de Olazábal, lo acusaron de haber hurtado dos libros, pero niega haberlos tomado. En la Ucedé dijeron anoche que analizaban sancionarlo.

El optimista del gol

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Raro

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Viste cuando preferís que esté todo desordenado para seguir buscando?

Qué bien la hiciste, hernán

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El instinto de conservación me llevó a hacer lo indecible, algo que no estaría contando si hubiese resultado mal. Lo hice con miedo, con vergüenza, desde las sombras. Antes de iniciar este relato me preguntaba si no preferiría menos exposición, seguir el camino del común de los mortales que, dignos de distinción por sus actos de bien, eligen el anonimato porque es su voluntad -la mía también lo es- la de seguir sus días con la modestia de quien se sabe satisfecho por complacer a sus pares, y no necesitan aclarar que ese nuevo estándar de bienestar es el resultado de su inclemente y perseverante lucha contra la realidad impuesta. Hoy, casi un día después, aunque mientras escribo parezco haberme decidido por salir a la luz, conservo la misma inquietud.
La inclemente y perseverante lucha de la que hablaba, me enfrentó ayer a uno de los baluartes de la cultura imperialista (en el sentido más puro de la palabra, tal como los romanos la entendían), una de las actividades que más vulnera nuestra privacidad. Osé desafiar a la compañía multinacional de telefonía móvil con la mayor porción del mercado para pedirle de poner mi línea a resguardo de los cotidianos mensajes spam que vengo recibiendo para recargar o jugar por el millón. La respuesta fue un sí. Así que, para nosotros, para la posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino, el siguiente aviso: Movistar, Personal y Claro tienen la obligación de moverte a una lista de exclusión ni bien se lo pidas. *611 opción 8 y te mudan.