Adiós, don Ernesto

|
Nunca tuve buena memoria, siempre padecí esa desventaja; pero tal vez sea una forma de recordar únicamente lo que debe ser, quizá lo más grande que nos ha sucedido en la vida, lo que tiene algún significado profundo, lo que ha sido decisivo —para bien y para mal— en este complejo, contradictorio e inexplicable viaje hacia la muerte que es la vida de cualquiera.
Ernesto Sabato, Antes del Fin.

Empieza el sábado. Prendo la computadora y la bajo a la cocina pensando en un chiste de Les Luthiers, probablemente mi favorito. Abro el correo y el facebook. Como una especie de nota mental o guiño para quienes lo entiendan, escribo el nombre de esa escena, primero que nada, como ansioso -no sé de qué-, mientras la busco en you tube y le doy al play. Recién entonces parezco haber encontrado tiempo para ver qué más pasa. Incluso para darme cuenta lo feo que está el día. Llueve mucho. Y murió don Ernesto. Hace bastante tiempo vengo diciéndome de pasar por el frente de esa casa de santos lugares, de la que alguna vez anoté la calle. Solamente caminar la vereda, mirar un rato y seguir. Cada vez que con el san martín paso por la estación de santos lugares trato de adivinar en qué sentido tendría que caminar para llegar. Postergada la visita durante unos cuantos años pensé que sus 100 en junio serían una perfecta ocasión para cumplir. No podrá ser del todo así porque aunque hoy asistiré a la cita de rigor en el Club Defensores de Santos Lugares (frente a su casa, dicen las noticias) y por lo tanto la casa estará, quien faltará será él y -yo ya sé- recordaré perfectamente cómo empezó el día en el que Sabato dejó de estar y decidí pasar de una vez. Un sábado, así no tengo excusas.

http://very-variete.blogspot.com/2010/06/sabato-ernesto.html

http://veryvariete.wordpress.com/2010/07/15/sabato/

Tecnocracia

|
Hoy al tren subió a vender lupas un tipo y su argumento fue que eran ideales para leer mensajes de texto. genio.

Acerca de las cosas en las que uno piensa hoy y no sabe si mañana le resultarán igual de divertidas

|
Tuve dos, ambas de domingo:

I. Fui a comprar diario y pan y en la panadería escuchaban la radio; día de lluvia, tema de lluvia mojado, llueve sobre mojado. En un momento de la canción Fito tira una metáfora matemática que desde la primera vez que la oi me encanta por complicada. El man grita domir contigo es estar solo dos veces, es la soledad al cuadrado. Atención con los números, aliados del rock.

II. Nada de carbono 14 para averiguar la antigüedad de las cosas ni de-ene-i para la edad de las personas. Mientras transformaba el pan en pan con manteca y azúcar me encontré haciendo lo que para mí desde chico era una de las cosas más graves de la vida adulta: estaba sacándole la miga al pan.

Triunfo del factor trabajo

|
En este raudo devenir de los tiempos, detalle no menor, síntoma que simboliza la estoica resistencia del obrero a la máquina, es el sometimiento de una fábrica como fargo -o cualquier otra gran industria burguesa, eternamente obsesionada con la idea de optimizar la productividad de sus operarios persiguiendo el máximo plusvalor- al lacónico pero inestable ritmo de trabajo del sujeto que se encarga de anudar con el típico alambre colorido cada paquete de pan.