Capitán Iluso

|
Por un momento tuve un lapsus en la cosmovisión de los precios y llegué a creer en lo que tan deformado había entrado por mis oídos.
Estaba en la facultad, a punto de comprar un café en uno de los dos lados que tengo como puntos de provisión con un billete de dos pesos como toda contraprestación. En este punto de venta atiende un viejo del personal no docente que muchas veces está con el nieto y puedo escoger entre dos presentaciones, ambas dos telgoporíferas e indecentes: el toc toc de uno cincuenta, o el grande, de dos, que es poco más que una falacia.
Las cosas se dan así:
-hola, me das un café grande?-
-mirá que ahora el grande sale $1.50-
Iluso, entiendo que me hace el comentario por eso de que siempre le faltan monedas y que si no le doy monedas o no propongo que me dé el vuelto con palitos de la selva, se me va a enojar.
-ah qué bienn.-le sonrío cómplice, entre sorprendido y contento.
-hace ya como veinte días que cambió.- me dice como con orgullo y haciéndome notar que no soy un cliente fiel. (Es factible, porque el último tiempo venía comprando en la máquina de abajo "leche manchada").
-ta, entonces dame caramelos para hacer dos.-
Fue ahí cuando, como el tipo se me quedó mirando con cara de que estaba hablando gilada, me reproduje el diálogo hasta darme cuenta de que lo que me había dicho era que el grande costaba cincuenta centavos de más y no de menos..

Cumplimiento de años (Pablo Brian)

|
Inauguramos una nueva sección que reparte
saludos de cumpleaños con el cumplimiento de años de Pablo Brian Forte, nacido un 15 de abril de 1987.
Viajero, hincha de racing, nueve de área, rastamán, estudiante de geología, asador, tomador de mate, militante masista, espumero, amante de la lechuga y los panchos, gran imitador y ciertamente un amigo de la vida.

Very Varieté brinda a por ello.

Primer Escrutinio

|
Dos encuestas de Very Varieté han llegado a término y éstos son los resultados:
En una reñida votación, los votantes han determinado que very varieté es un helado de supermercado. El querido balde. Me parece apropiado porque, igualito al blog, a veces está bueno y a veces no.

En la otra, menos disputada, vinculada con el gusto de helado, y demostrando el rigor moral de los votantes, se eligió frutilla al agua. Creo que esto tiene que ver con que los votantes de helado de supermercado no podían elegir otro gusto

No-te-puedoo

|
Ya que del bondi venimos y al bondi vamos, traigo esta anérrrdota a colación.

"Alcanzará con decir que me tomé el colectivo porque el tren funcionaba con demora. Al escuchar al guarda -jeje al guaaardaa!-, comprendí de inmediato que no iba a volverme en ningún vagón: accidente entre flowers y little horse.
Ecuacioné mis alternativas de retorno y resolví conectar el 96 en Caballito, vía Primera Junta. Nada sorprendente sucedió en el subte hasta que llegó el colec; tampoco en el bondi pasaba mucho cuando se dio que se desocupó un asiento doble del lado del pasillo y se sentó una rubia. Y encima de ella, OTRA MINA! oponiéndole un mejor derecho sobre el asiento (lo esperaba desde antes ¿?) que le saltaba exigiéndole que se levantara. Algunos nos reíamos de lo grotesco de la situación, otros miraban incrédulos y otros tomaban una participación más activa haciendo comentarios de ocasión "qué vergüenza", "por favorrr", "este país...", "pero qué bonito". Esta situación se prolongó hasta que el pasajero que iba contra la ventanilla, a punto de ser víctima de la disputa, se corrió indignado hablando de la incoherencia de que en un país subdesarrollado los padres no sean los que enseñan a los hijos. En fin."

Tomemos un

|
BONDI

Tengo el nombre pero no sé qué ponerle para que quede rico.

Información nutricional

|
Qué regia oportunidad me brinda la religión en vísperas de este jueves santo prepascual para indagar un poco más sobre alguno de los tópicos bromatológicos que con intermitencia de luz de giro se me presentan en distintas situaciones cotidianas. En esta oportunidad, y con fines estrictamente didáctico-pedagógicos, presentamos CORTES DE CARNE.
Prefiero infinitamente pensar en cómo desarmar una vaca que ponerme a hacer el asado. En mi haber no cuento siquiera con cinco, por lo que hacer compañía al asador aportando datos precisos acerca del orígen de lo que descansa sobre la parrila y discutiendo tiempos -con suerte incluso métodos- de cocción espero ayude a pasar el rato.
No quiero dejar de mencionar que la idiosincracia de un país se refleja en los cortes de carne que consumen sus habitantes y que con altas expectativas se exportan al mundo. Helas aquí:

1 Costillar
2 Paleta
3 Azotillo
4 Bife de costilla
5 Lomo
6 Cuadril
7 Nalga
8 Vacío
9 Matambre


Elegimos hoy éste, pero merecen ser mencionados otros que desde hace tiempo desvelan a hombres de ciencia y han sido tratados en las IV Jornadas de Bromatología, recientemente realizadas en el seno de la comisión de control de alimentos del Grupo Mercosur, dentro del proceso de integración del mismo nombre:
salchicha de viena. componentes. pasado, presente y prospectiva.
fecha de vencimiento. alcance del término. precisión de la misma.
nesquik frío en ayunas. efectos adversos. cuidados paliativos. posibilidades concretas de disminuir su consumo.
kinotos al whisky. orígen del término. evolución. condena social.

Una para todos

|
Me gusta que se haga una sola y única fila para comprar boletos aunque haya más de una ventanilla vendiendo.

Dark side of the Monday

|
Un lunes negro, oscuro, espeso, como empetrolado.

A googlear, mi amor (vamos a googlear, mi amor)

|
De unos años a esta parte se encenderá la mecha y algún valiente hombre de letras defenderá con sólidos argumentos el comienzo de una nueva era, dirá que la historia no puede ser contada sin una coma desde 1789. Encontrará que alguno de los hechos relevantes del Siglo XX ha cambiado los tiempos. Quizás señale la Segunda Guerra, el hundimiento del Titanic, la muerte de Elvis o la de Perón, el campeonato mundial del '78 o la caída del Muro, pero sea cual sea SU punto de inflexión habremos de darle la razón. Porque no sólo es cierto que han pasado muchísimos años desde los sucesos de la Bastilla, sino y aun más determinante, demasiadas cosas.
Tengo un recorte de Beatriz Sarlo de una vez que llegué hasta el final de lo que escribe en la revista de Clarín. Me estaba por poner a copiarlo cuando se me ocurrió googlear la primera oración y lo encontré. Esto terminó de convencerme de que MI punto de inflexión es el momento en que alguien inauguró internet y pensó que "hache-te-te-pe-dospuntos-barra-barra" era un buen comienzo, aun sin haber jamás imaginado que llegaría a esto. Recomiendo seguir con lo que sigue, que poco tiene que ver con estas palabras preliminares, sin escalas:

Sin embargo, el acto de leer era, en sí mismo, algo extraordinario: la soledad, el secreto, la reserva de los propios pensamientos, la concentración y también las distracciones y las derivas por espacios clandestinos de la subjetividad. El acto de leer era casi más interesante que lo que se estaba leyendo, porque representaba un momento de autonomía radical respecto de los otros (los viejos, los que tenían autoridad), un acto privado que, a diferencia de la mayoría de los actos privados, no podía ser prohibido, aunque conocí gente que, a tientas, se daba cuenta de que peligraban las leyes del orden y castigaba a sus hijos prohibiéndoles que leyeran después de cierta hora, temiendo todos los desbordes que podían suceder y que muchas veces, en efecto, suceden.
Leer es una emancipación más allá o más acá de los libros; en el fin de la infancia, puede ser una fuerza secreta, que marca diferencias y también anuda amistades que, por primera vez, pueden llamarse intelectuales. Leer Hermann Hesse, Demian, a dos voces, llamándose por teléfono para comentar un episodio, discutir las acciones de los personajes (algo que poco después, cuando empecé a estudiar literatura, aprendí a no hacer), subrayar prácticamente todas las frases para comunicárselas al otro lector que también subraya casi todo. Si hubieran existido los mensajes de texto, habríamos intercambiado números de páginas y comienzos de párrafos: dos palabras, para que el otro las leyera y siguiera en el lugar indicado al mismo tiempo, como amantes separados que pactan que a tal hora leerán el mismo poema. Si la lectura fuera entendida como lo que realmente puede llegar a ser (algo descontrolado), tendría más popularidad entre los adolescentes, y se evitaría el sermoneo de los adultos que aconsejan leer como si fuera un régimen de comida sana.
Beatriz Sarlo en revista viva. 13.08.2006

El capitán y el Diez

|
Música y fútbol sólo tienen una letra en común; de ahí para adelante comparten todo. La vida es poco más que lo que pasa en una canción o en un partido de fútbol.
Esto ha sido el prólogo que pretende armonizar la siguiente comparación que escuché y encontré bastante atinada: que en los Beatles Lennon era el capitán y Paul el diez. Rica la discusión que se abre acerca de qué jugaría cada integrante si paramos la banda que se quiera en el campo de juego y con puntapié inicial ponemos a la caprichosa a rodar sobre el verde cesped. Por lo demás, lo que hay de aquí en adelante es un breve comentario sobre capitanías.
Donde hay dos o más personas, hay un líder y un distinto. Todo grupo humano necesita un lider; el distinto no es estrictamente necesario, pero se festeja que su existencia. En general, las capitanías de los equipos se definen entre el arquero, alguno de los dos centrales, el cinco o el nueve. Pocas veces el diez, el auténtico diez, el que lleva el número en la camiseta por algo más que su posición en la cancha, lleva la cinta abrochada en su brazo izquierdo. Quizás le pesa, capaz no le interesa. La admiración por el diez y el capitán, cuando no se trata de los excepcionales casos en que ambos epítetos refieren al mismo jugador, va por caminos bien distintos. Al capitán se lo respeta porque es el líder del equipo. Entre otros privilegios, es el único que debería hablar con el árbitro, el que arenga a sus compañeros y el primero que levanta la copa. Al diez primero se lo admira y después se lo respeta.
En lo que a mi respecta, si de fútbol real hablamos prefiero al nueve capitán; en la play le doy la cinta al arquero. No sé, me da la sensación de que le hace mejor al equipo. Ni hablar, y esto está comprobado, cuando elijo algún equipo con el que no estoy muy familiarizado. El romance comienza con ese gesto. Sus compañeros de equipo lo repetan y saben que el técnico lo banca más que a ninguno.

Buen ojo

|
En mi casa la ropa recién planchada tarda entre 1 y 3 días en volver a los placares. Mi hermano y yo sabemos, estamos bien bien al tanto de que todos los jueves tenemos ropa para archivar. Sara la plancha abajo y la sube a la pieza de mi mamá. Ahí queda por lo general hasta la noche, cuando ella sube y para acostarse necesita despejar el colchón. Entonces nos invita a recoger nuestras prendas; nosotros las repartimos y las llevamos a la pieza donde quedan sobre las camas o, mejor todavía, arriba de los puffss. No creo que haya algo llamativo en que, a raíz de este despectivo tratamiento, muchas veces ropa limpia y lista para vestir pierde su condición de ponible y queda separada para dársela a Sara y que la planche una vez más. Son los caprichos de la alta sociedad, qué se va a hacer. Igual la mayoría de las veces pasan los jueves y, como me olvido de avisarle a Sara que es ropa arrugada y no sucia, termina en el lavarropas por decantación.

Hoy con inusual celeridad me encargué de agarrar las ropas que no eran mías y se las llevé a Franco hasta la pieza. Oh gran sorpresa la mía cuando en la pila de remeras que dejé sobre su cama -unas 6-, distinguí que había cinco que había sido mías y que cuatro de ellas -porque una era de la escuela- me las había comprado yo en los últimos dos años. Aclaro que me las compré yo en persona porque quiero dejar moy en claro que cuando me las compré me las probé y porque en relación a helado de Due ($50 el kilo) -haciendo la proyección pertinente porque me compro cuartos-, me compro una remera cada 3 kilos. De esas cuatro, si me entraran, usaría una, y hasta ahí. Las tres restantes parecería que me las elegí con la consgina "dame tres de la más fea que tengas".

Si esto quedara acá, diagnosticado el cuadro quedaría indicar el tratamiento -el cual posiblemente consistiría en llevar siempre un talle más de lo que mi instinto me sugiere-, y aguardar los resultados . Pero no basta, porque a veces me sucede lo contrario y me compro más grande de lo que la recta razón indica.
Esperando a quien le sirvan tengo un jean talle 44 que me compré porque era el último de su especie -no vayan a creer que por su osadía o marca-, los mandé a tomar de la cintura y me quedaron con un tiro larguísimo que me avergüenza, pero que con hidalguía visto cuando me canso de repetir el favorito. Algo similar pasó con unas bermudas que uso frecuentísimamente, aunque esas quedaron mejor. En diciembre fui a cambiar unas bermudas que me regalaron para navidad porque las sentía muy anatómicas y del talle que me quedé se me aflojan enseguida. De las últimas cuatro veces que me compré calzado, dos veces tuve que cambiar el talle, una vez por uno más, otra por uno menos. Hasta con calzoncillos patino: a fines del año pasado compré 5 en destacada oferta y ni mi hermano pudo aprovecharlos por lo anormales que resultaron.
En el fade out de esta entrada, escribo el epílogo: un porvenir signado por venideras complicaciones.