Ambiguo

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Esta tarde vi lo siguiente:

Hoja A4 pegada desde adentro al vidrio de un videoclub que no tiene NADA que demuestre que es tal cosa (ni nombre, ni horarios, ni estrenos) y que encima a esa hora está cerrado. Asumo que es un anuncio de perros en adopción o algo así porque hay uno mal dibujado a la derecha y a la izquierda tres números de teléfono. Pero están en venta porque encima de eso hay una frase claramente inductiva en negrita y subrayada: "el mejor regalo para los chicos: cachorros de labrador". Abajo de eso la información técnica imprescindible: todas las vacunas color marrón. Y un tercer inciso -que sólo me hizo gracia por tomármelo tan literalmente-, 45 días de vida.

Me quedé con esa aclaración de decir de vida y el mejor regalo. Entonces digo, ¿tan lejos estamos de los tiempos en los que los padres para dejar de oir a sus hijitos o hijitas pedir un perrito comprarán uno alterado genéticamente que solamente viva 45 días y después kaputt?

Queda dicho

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El próximo bicho que entre a casa se va a llamar VIERNES o DARWIN, o VIERNES DARWIN.

MP3 de la casa V

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Y para seguir en esta senda de la persuasión, también Zé Ramalho cantando a Bob Dylan. Discón.

Zé Ramalho - Ta tudo mudando

MP3 de la casa IV

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Dejo para oir a Johnny Cash y guitarra en esta serie de discos que le produjo un tal Rick Rubin y quedaron uno más mejor que el otro.

Johnny Cash - American Recordings VI: Ain't no Grave

Y entonces?

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Viaja

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Ayer escuché una de las explicaciones más sensatas para el llanto de los recién nacidos. La voz en off justificaba que los niño no pararan de llorar porque en sus primeros meses de vida poseen aptitudes parapsíquicas que les proporcionan visiones futurísticas que les anticipan los males que sufrirán ellos mismo, su familia y la humanidad entera. Con el correr del tiempo consiguen bloquear esas conexiones y lloran sólo cuando las recuerdan.

Así de así

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El sistema de producción que nos acuna desde antes de que se nos active la mente hace mucho por reproducir las condiciones que hacen posible su existencia a perpetuidad. Este cometido implica, entre otros menesteres impostergables, generar permanentemente consumo, en vistas a aumentar la producción de bienes y servicios en demanda, tras lo cual subrepticiamente más dinero vuelve al bolsillo de los particulares -muchas veces corporaciones extralarge- que han sabido moverse en este terreno cienagoso y hostil y han hecho la inversión necesaria para poseer los medios de producción. Aceitado engranaje a estos efectos personifica el mercado. Allí la mano invencible hace todo cuanto puede para que esto suceda, facilitando espacios donde el rol protagónico que la comprayventa representa no pase desapercibido, por caso shoppings y super-mercados. La ambición que trasunta este proceso que se repite ad infinitum deriva rápidamente en feroz competencia: cada productor de bienes quiere posicionar su producto -que luce el maquillaje de un nombre de fantasía, la marca- en la cima, en relación a sus competidores. Anhela que los consumidores pretendan SU producto, pretende asfixiar una probable conjetura que postule que ESE producto es igual a cualquier otro, juicio que sin ser categórico contiene verdad intrínseca. En ésta, que es la senda que transitamos hoy en día, a pocos les resulta atractiva la posibilidad de que efectivamente sea igual cualquier otro. Encontramos motivos para diferenciarlos entre sí. Siempre. Por ello suele comentarse habitualmente que la máxima aspiración es que la marca sustituya al producto, es decir, que se rompa la relación significado/significante del signo y que en el primero de estos términos aparezca la marca que fabrica el bien, con el correr del tiempo eliminar la competencia, o mejor aun, lograr someterla, y brindar a su salud.

Sin perjuicio de esto debemos incurrir en la siguiente aclaración: en nuestros días, hablar de identidad plena de productos es oscurecer el panorama antes de tiempo, así como hablar de igualdad plena entre los hombres es excederse en el uso de la retórica. Nos encontramos en tránsito lento e incesante hacia la igualación objetiva de todos los productos, ciertamente, pero mantenemos la autonomía en torno ciertos a ciertos puntos que permiten distinguirlos. En relación inversa, el hombre no ha demostrado hasta el momento interés en revertir las desigualdades. Prefiere, por el momento, naturalizarlas y aceptarlas.

Este preludio quisiera utilizarlo para enmarcar el mercado de la yerba mate ya que está atravesando momentos críticos. Cada cual tendrá su elección y justifico plenamente que existan posiciones asumidas a este respecto. Tratándose de la hoja seca y molida de una planta verde, puede sorprender que sostenga que la diversidad de productores es esencial en el rubro. De hecho la postura exactamente opuesta a la regente sostiene que la yerba mate debería de ser conceptuada como comoditi, a partir de lo cual su precio sería la resultante de caprichos de los poderosos amparados en complejos logaritmos globalizantes. En veryvariete pocas cosas despiertan mayor fervor que un kilo de canarias. Aceptamos y propiciamos que la distinción se opere en virtud de la presencia o ausencia de palo, la procedencia geográfica de la cosecha (corrientes, misiones, brasil), incluso lo que hace cbc de agregar gustos a la yerba misma. Lo que desborda el microcosmos de las estregias de venta, ese mundo al que solo tienen acceso los expertos en comercialización es la incorporación de pelotudeces químicas sin gusto. Hay una de las marcas, la más emblemática, la de la diéresis, la de la estancia con nombre de mujer, que evidentemente cuenta con un talentoso plantel de jóvenes emprendedores que en su frenética labor de posicionamiento ha lanzado en estos días una yerba en envase rojo metalizado, que en letras amarillas destaca que sin alterar el sabor han conseguido adicionar mateína, el compuesto activador de la infusión más rica. Hasta ahí no doy.

Rae.es VI

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libertad. (Del lat. libertas, -ātis).

1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.

3. f. Estado de quien no está preso.

4. f. Falta de sujeción y subordinación.

5. f. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.

6. f. Prerrogativa, privilegio, licencia. U. m. en pl.

7. f. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.

8. f. Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.

9. f. Licencia u osada familiaridad.

10. f. Exención de etiquetas.

11. f. Desembarazo, franqueza.

12. f. Facilidad, soltura, disposición natural para hacer algo con destreza.