Zambayonny - 20 de marzo -

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Zambayonny en el ateneo.

Desde principios de marzo se ve el perfil de zambayonny en el mobiliario urbano de la Ciudad -digo perfil, no perfil de facebook. Una foto de Zambayonny, de perfil- anunciando su presentación en el Ateneo. Pagar las gráficas en vez de salir a hacer pegatinas revela cierto status, algo de glamour. Una mueca bacana para burlarse de quiénes lo ven y no lo conocen.

El ND a esta altura se ha vuelto su trinchera. Cuando zambayonny busca calor humano se mete en ese topos donde sabe que estarán sus incondicionales. El año pasado buscó refugio allí 8 veces y a fuerza de tanta visita construyó su guarida. A la cita del sábado concurrió tanta gente como fue posible. Tan así que mayor convocatoria que la que tuvo el sábado será, por cuestiones de espacio físico, imbatible.

Antes del inicio del show sale un asistente y deja un micrófono por delante del cortinado, preludiando que habrá un presentador. Lógico, un show así necesita alguien que abra el juego. El sábado salió fierita. Sí, ese monigote es amigo de zambayonny. Según surgió antes de invitarlo a cantar juntos yo quiero ser famoso, él fue la primera persona en hacerle una entrevista radial. Nada, lo sabemos, justifica que fierita se sienta tan a gusto con zambayonny. Apretando a fondo la crítica por su presencia, habría que mencionar la nefasta complicidad que buscó - y encontró- entre el público dejando abierto el final de sus prolegómenos en la presentación como carlitos balá.

Se corrió el telón y desde un costado salió zamba a escena, con la boina verde que lo acompaña siempre. Saludó, se sentó, acomodó micrófono y guitarra, sonó las cuerdas al aire y se despachó con la demagogia a flor de piel de yo los considero mis hermanos. Un arranque digno con el que dio cuerda a la noche en que volvió el otoño al país tocando sus composiciones más representativas y algunos preestrenos que serán de la partida en el próximo disco. A más de dos años de sus primeras presentaciones en Cava 71, quizás su cuna al estrellato, zambayonny puede llamarse un músico revolucionario. Ya trasciende el género pornoputeador que lo puso en las vitrolas y con el crédito que lleva acumulado empieza a mostrar sus otras aptitudes: canciones formato canción en las que se expresa sin improperios.

Es un artista conversador, que disfruta o quizás siente el imperativo moral de explicar sus canciones, lo cual les aporta un valor agregado en el vivo. Esa pose rockera de sustentar el show sólo en intepretaciones notables, lo más cercanas al disco que la realidad permita, cada vez decepciona más. Y si encima el tipo tiene la elegancia de recurrir a las puteadas por gusto y demuestra ser probo en la utilización de terminología apropiada para explicarlas, conquista.
La alegórica araceli, vírgen de mi, llena de lugares comunes impronunciables y la cómplice tres cosas de la vida terminaron de reportarle vitoreos. De postre, milanesa de pija.

Lo dijo Fontanarrosa en Rosario: hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, incluso por contextura física de la palabra. Letra y música: Zambayonny. La trova encuentra en zambayonny un exponente de jerarquía, un restaurador del género. Es cierto, es un artista a quien se desestima si se enciende el filtro de lo que es vulgar y lo que no, aunque él demuestre que no está dispuesto a estancarse cual sirena varada por cargar con ese mote.
Este viernes toca de nuevo. Pruebenlon.

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